CAJA DE HERRAMIENTAS


CAJA DE HERRAMIENTAS


 

Conocí la historia de un mujer que vio morir a su hermano, cuenta que de los otros dos no sabe nada hace muchos años, ya hasta perdió la esperanza de poderlos encontrar con vida, se escabulló de su casa para no correr la misma suerte del amor de su vida, escapando de morir en la guerra, y lo más doloroso, como ella casi 40 casos con las mismas o similares circunstancias, es ahí donde uno se pregunta; y ¿Cómo hacen para seguir adelante?.

El universo que representa cada ser humano es realmente fascinante, las historias de vida que dejan grandes enseñanzas, cada sufrimiento convertido en testimonio de superación, sirven para salir de la angustia y a veces nos dan la fortuna de conocer personas que nos ayudan a aprender a ser felices.

Hoy renové la caja de herramientas, y con alegría puede ver como otras personas se la llevaron consigo, tomaron la decisión de deshacerse del dolor, y así proyectar el escenario perfecto para la reconciliación, no solo con ellos mismo, sino con todo aquello que ha perturbado su existencia; poder presenciar este trabajo por un cambio de vida es inspirador, a veces el suplicio si se quiere, puede ser el mejor insumo para renacer, siendo la más destacada herramienta para regenerar la subsistencia.

La pacificación en el interior de las personas, se refleja en las situaciones donde ya no se marchita la existencia, probablemente se llore un poco en largas noches, pero esto servirá para limpiar el alma, dando un paso a la vez, abandonar la venganza, llenar de amor de tu vida, y toma la decisión de ser feliz, serán el secreto y la clave del éxito.

Es cierto el adagio popular todo pasa, y aunque se vea muy agotador el camino, todos podemos tener la caja de herramientas para aprender a ser felices, solo debes preguntar, porque al fin y al cabo, uno mismo es el responsable de lograrlo, no lo dudes, podemos reescribir la historia

Dios no falla y dará el regalo pedido en cada oración, yo soy testimonio vivo de su amor infinito por nosotros, No hay lugar más alto que postrarme a los pies del Señor”. Gracias.


Defensora de Derechos Humanos 

Entradas populares de este blog

Buen viento y buena mar

Fábrica de culpables