El honor de los jueces


El Honor de los jueces








Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía” una frase del filósofo Lucio Anneo Séneca, que viene de la antigüedad, pero mantiene vigencia hoy más que nunca. Esta semana ha sido de amplia reflexión, iniciamos la atención carácter humanitaria a una comunidad de aproximadamente 550 personas, donde parece solo quedarles la opción de arrojarse al mar, por ellos es imposible no volver la mirada nuevamente a la administración de justicia.

Es inadmisible que hoy en día, existan personas que se encargan de administrarla y no comprendan que su labor es tan magnánima y sublime, que deberían comportarse como si fueran dioses, pero sus actos parecen más dirigidos por demonios, porque lo que se refleja no es otra cosa que injusticia tras injusticia.

¿Qué ha pasado con la prevalencia del interés de la justicia, sobre los propios? Colombia necesita una reforma a la administración de justicia urgente, donde la gente no tenga que esperar casi décadas para que se resuelvan sus demandas, donde las peticiones en derecho, dejen de ser tratadas por los funcionarios como favores; pero sobre todo, que lo primero sea llevar en alto el nombre de la institución judicial.

Los Derechos Humanos que contemplas las garantías judiciales, y la más significativas de mis luchas, son en muchos casos desconocidas en flagrancia día a día, vemos cómo se hacen imputaciones “gaseosas” o amplias, para que por cualquier lado “caiga” el procesado, así sea inocente, no importa si para ello se requiere una fabricación de culpables, aunque afortunadamente ya la Corte Suprema puso un alto a esta práctica, pero de manera lamentable parece que esto no es una dirección para todos los jueces.

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Son tantas las historias de vida, de quienes sufren estas condiciones, y buscan detener el actuar de funcionarios irresponsables que vinculan personas a los procesos, tal vez; en actos de perversa venganza, se la juegan a la exención, porque buscan condenar inocentes con un propósito claro, impunidad para los responsables, lo que deja en claro una falla en la administración de justicia, y deberían ser los mismos funcionarios quienes denunciaran esta mala práctica que termina minando la credibilidad de manera generalizada del bien superior de la justicia.

Pero también están los valientes, los que no se prestan a torcer la norma, los que fallan en derecho, los que no dilatan las decisiones, esos que son muchos más, y son los representantes del honor de los jueces, por ello quiero exaltar los operadores judiciales que dignifican su oficio, que asumen y atienden con verdadera responsabilidad sus deberes, pero también a la sociedad, para esta sea una causa común y se unan en contra de esta macabra forma de violencia, que instrumentaliza la justicia y termina acabando con la democracia.


No olvidemos lo que significa Temis, la diosa griega del “buen consejo”, es la encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres, representada simbólicamente en la escultura, llamada “Las balanzas de la justicia” obra de Nicolás Mayer, escultor francés del XIX.

Ser juez trae una gran responsabilidad, pero también es todo un honor, ojalá no se siga mancillando por aquellos que creen que están por encima de la ley, a ellos les recuerdo estas dos máximas. “La absolución del culpable es la condena del juez”. Publio Siro, “Cuando se castiga a un inocente nace un malvado. " Víctor Hugo

Defensora de Derechos Humanos 












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