El vínculo perfecto
El vínculo perfecto
La vida que parecía
transcurrir en una normalidad de inclinación en casos hacia lo tedioso, llena de
todo y a la vez de nada, dentro de una constante costumbre que se ha roto con los
últimos episodios inesperados que obligan a dar una mirada a la realidad donde
se ha forzado a la humanidad entera a poner al menos un pie en la tierra parra
replantear la forma de existir.
Se han abandonado los abrazos y elevado los muros que hoy son más difíciles de derrumbar por la usanza de mirar hacia otro lado, tal vez para anestesiarse y pretender transitar por la creación sin sentir nada, sobre todo cuando llegan noticias inesperadas, muchas de ellas contando cómo se ha ido la vida para muchos; y los que quedan se contagian de desesperanza. Para otros también se han ido los que creían grandes amores, esos que se juraron para toda una vida pero que no sobrevivieron a lo que se puede considerar como el más aniquilador de los tiempos.
Por eso hoy tiene más vigencia
este proverbio “Como el agua refleja el rostro, así el corazón del hombre
refleja al hombre”. (Proverbios 27:19), por eso los destellos
de muchas solidaridades pasajeras que estrujan los derechos de los demás, sometiendo
tratos crueles a las personas incluso en el interior de sus familias, lesionando
lo más preciado de una persona después de la vida, su dignidad; volviendo
imprescindible e inaplazable recuperar el reconocimiento del gran valor que
tiene el ser humano.
Para esto, no podemos olvidar
que nos necesitamos los unos de los otros, que tenemos muchos derechos y también
deberes, contamos con la fortuna de gozar de “dignidad divina” esa que
nos regaló Dios cuando nos hizo a su imagen y semejanza, con el mandato de
amarnos los unos a los otros, en conclusión, apropiarse del “te acepto tal y
como eres”.
Estos son buenos tiempos para renovar
la caja de herramientas, encontrar lo inspirador del otro en los puntos
que nos unen, cada uno hace la diferencia, cuando reconoce en los demás no a
quien destruir, sino con quien construir.
Que no se olvide “Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo
perfecto” (Colosenses
3:14).
Defensora de Derechos Humanos